¡Adiós Patria mía, sé feliz!
Unos ojillos negros brillaban con la intensidad de una vela en su apogeo. No apartaban la mirada de una solemne puerta justo frente a ellos. A ambos lados de dicha […]
Unos ojillos negros brillaban con la intensidad de una vela en su apogeo. No apartaban la mirada de una solemne puerta justo frente a ellos. A ambos lados de dicha […]
El encapotado cielo no hacía presagiar nada bueno. Fernando Delgado lo sabía bien. No es que fuese hombre supersticioso, no cuando tu supervivencia depende solo de tu voluntad por vivir. […]